Arte IA: Título del Manga: El Sexto Hombre Capítulo 1: El Inicio de un Sueño y una Maldición La lluvia golpeaba contra la ventana, pero dentro de la sala, un niño de ojos brillantes y cabellos oscuros apenas parpadeaba. En la televisión, el estadio rugía, los jugadores se movían con gracia y furia, y un disparo perfecto perforaba la red. —¡Golazo! —gritó su padre, levantándolo en el aire con una risa contagiosa. —¡Papá, quiero jugar fútbol! ¡Quiero ser como ellos! El hombre sonrió y despeinó a su hijo. —Si realmente quieres eso, tendrás que entrenar como nunca. Desde aquel día, su destino quedó sellado. Años después… Yūma Kazuki entró a la secundaria con un único objetivo: unirse al club de fútbol y demostrar su valía. Sabía que la escuela tenía una tradición única: cada dos generaciones, nacía un prodigio que llevaba al equipo a la gloria nacional. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. En su generación, no había un prodigio… había cinco. Los Cinco Milagrosos 1. Rei Sakamoto, el tirador perfecto. Nunca fallaba un disparo sin importar la distancia. 2. Haruto Aizawa, el estratega, capaz de leer los movimientos del rival antes de que sucedieran. 3. Daichi Fujimura, el muro impenetrable, una defensa imposible de superar. 4. Takumi Hayashi, el regateador nato, que dejaba a sus oponentes en el suelo con un solo movimiento. 5. Kaito Shiranui, el portero inabatable, quien jamás dejaba pasar un solo balón. Desde el primer partido de prueba, Yūma se dio cuenta de la diferencia. No importaba cuánto se esforzara, no podía superarlos. Sus pases eran interceptados, sus tiros bloqueados, sus intentos de defensa inútiles. Con cada partido, su frustración crecía. Yūma lo había dado todo, había entrenado durante años… ¿y aún así no era suficiente? Después de la última derrota, con las piernas temblorosas y el orgullo destrozado, escapó del campo y se encerró en el cuarto de utilería. Su respiración era errática, sus manos apretaban su uniforme con rabia, y las lágrimas caían sin control. —¿Por qué…? —susurró—. ¿Por qué yo no soy como ellos? —Porque estás jugando el juego equivocado. La voz lo hizo saltar. En la puerta estaba Haruto Aizawa, el estratega. Su mirada afilada lo examinaba con calma, como si estuviera analizando cada uno de sus pensamientos. —¿Qué… qué quieres? —balbuceó Yūma, limpiándose las lágrimas. Haruto sonrió levemente. —Te he estado observando. No puedes superarnos en nuestras áreas, pero tienes algo que ninguno de nosotros tiene. —¿De qué hablas? Haruto se acercó y se inclinó un poco, mirándolo a los ojos. —Visión aérea. Puedes ver todo el campo como si estuvieras sobrevolándolo. Tienes el potencial para ser el sexto hombre de esta generación. Un jugador que no necesita superar a los milagros individuales… porque él es quien los conecta. Los ojos de Yūma se abrieron de par en par. —¿El sexto hombre…? Haruto extendió la mano. —Únete a nosotros. Si aceptas, te ayudaré a convertirte en la pieza clave que hará de este equipo el más fuerte de la historia. Yūma miró la mano frente a él. Su corazón latía con fuerza. Quizás no era el prodigio que soñó ser… pero si había un lugar para él en este equipo, lo tomaría. Apretó el puño y sonrió. —Está bien. Enséñame cómo ser el sexto hombre. (Continuará…)
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Título del Manga: El Sexto Hombre Capítulo 1: El Inicio de un Sueño y una Maldición La lluvia golpeaba contra la ventana, pero dentro de la sala, un niño de ojos brillantes y cabellos oscuros apenas parpadeaba. En la televisión, el estadio rugía, los jugadores se movían con gracia y furia, y un disparo perfecto perforaba la red. —¡Golazo! —gritó su padre, levantándolo en el aire con una risa contagiosa. —¡Papá, quiero jugar fútbol! ¡Quiero ser como ellos! El hombre sonrió y despeinó a su hijo. —Si realmente quieres eso, tendrás que entrenar como nunca. Desde aquel día, su destino quedó sellado. Años después… Yūma Kazuki entró a la secundaria con un único objetivo: unirse al club de fútbol y demostrar su valía. Sabía que la escuela tenía una tradición única: cada dos generaciones, nacía un prodigio que llevaba al equipo a la gloria nacional. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. En su generación, no había un prodigio… había cinco. Los Cinco Milagrosos 1. Rei Sakamoto, el tirador perfecto. Nunca fallaba un disparo sin importar la distancia. 2. Haruto Aizawa, el estratega, capaz de leer los movimientos del rival antes de que sucedieran. 3. Daichi Fujimura, el muro impenetrable, una defensa imposible de superar. 4. Takumi Hayashi, el regateador nato, que dejaba a sus oponentes en el suelo con un solo movimiento. 5. Kaito Shiranui, el portero inabatable, quien jamás dejaba pasar un solo balón. Desde el primer partido de prueba, Yūma se dio cuenta de la diferencia. No importaba cuánto se esforzara, no podía superarlos. Sus pases eran interceptados, sus tiros bloqueados, sus intentos de defensa inútiles. Con cada partido, su frustración crecía. Yūma lo había dado todo, había entrenado durante años… ¿y aún así no era suficiente? Después de la última derrota, con las piernas temblorosas y el orgullo destrozado, escapó del campo y se encerró en el cuarto de utilería. Su respiración era errática, sus manos apretaban su uniforme con rabia, y las lágrimas caían sin control. —¿Por qué…? —susurró—. ¿Por qué yo no soy como ellos? —Porque estás jugando el juego equivocado. La voz lo hizo saltar. En la puerta estaba Haruto Aizawa, el estratega. Su mirada afilada lo examinaba con calma, como si estuviera analizando cada uno de sus pensamientos. —¿Qué… qué quieres? —balbuceó Yūma, limpiándose las lágrimas. Haruto sonrió levemente. —Te he estado observando. No puedes superarnos en nuestras áreas, pero tienes algo que ninguno de nosotros tiene. —¿De qué hablas? Haruto se acercó y se inclinó un poco, mirándolo a los ojos. —Visión aérea. Puedes ver todo el campo como si estuvieras sobrevolándolo. Tienes el potencial para ser el sexto hombre de esta generación. Un jugador que no necesita superar a los milagros individuales… porque él es quien los conecta. Los ojos de Yūma se abrieron de par en par. —¿El sexto hombre…? Haruto extendió la mano. —Únete a nosotros. Si aceptas, te ayudaré a convertirte en la pieza clave que hará de este equipo el más fuerte de la historia. Yūma miró la mano frente a él. Su corazón latía con fuerza. Quizás no era el prodigio que soñó ser… pero si había un lugar para él en este equipo, lo tomaría. Apretó el puño y sonrió. —Está bien. Enséñame cómo ser el sexto hombre. (Continuará…)
5 months ago