Arte com IA: **Viñeta 1:** Una demandadera del convento de Santa Inés en Sevilla, contando una historia a un grupo de personas en el atrio, mientras esperan la Misa del Gallo. **Viñeta 2:** El interior de la iglesia de Santa Inés durante la Misa del Gallo. El órgano se ve, pero la expresión de decepción en el rostro de un oyente sugiere que la música no es lo esperado. **Viñeta 3:** El narrador se burla de la demandadera, "¿En qué consiste que el órgano de maese Pérez suena ahora tan mal?". La demandadera, con una expresión de sorpresa, responde: "¡Toma! En que este no es el suyo." **Viñeta 4:** Una imagen que muestra la entrada de personajes importantes a la iglesia: el marqués de Moscoso con capa roja y pluma blanca, bajando de su litera; el padre de la condesa de Villapineda, con una capa oscura, entrando por el arco de San Felipe, precedido de un criado con una linterna. **Viñeta 5:** Los "caballeros veinticuatro" y otros nobles de Sevilla formando un muro en la iglesia, vestidos con capas galoneadas de oro y espadas. El ambiente es tenso, con la plebe agitándose en el fondo. **Viñeta 6:** El arzobispo llega en su litera, rodeado de hachas encendidas y familiares, disolviendo las tensiones entre los nobles y los duques que estaban a punto de pelear. **Viñeta 7:** La demandadera, dentro de la iglesia, susurra a su vecina sobre maese Pérez, un anciano ciego con manos prodigiosas que ha rechazado grandes ofertas por tocar en la catedral, prefiriendo su viejo órgano. **Viñeta 8:** Maese Pérez, un anciano humilde y ciego, sentado al órgano con una expresión de serenidad. La demandadera lo describe como un "santo varón" y alaba su devoción por la Misa del Gallo. **Viñeta 9:** La iglesia llena de gente, incluyendo al arzobispo, escuchando con devoción. La demandadera explica cómo el populacho, que suele hacer ruido, calla como muerto cuando maese Pérez pone las manos en el órgano, y cómo todos lloran al escucharlo. **Viñeta 10:** La iglesia iluminada con una profusión asombrosa. Damas arrodilladas sobre cojines de terciopelo, caballeros de pie con espadas, y la multitud en el fondo. El arzobispo da la bendición. **Viñeta 11:** La multitud en la iglesia, inquieta, murmurando. Un familiar del arzobispo regresa de la sacristía con la noticia: "Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo, y será imposible que asista esta noche a la misa." **Viñeta 12:** Un hombre seco, huesudo y bisojo se adelanta para ofrecerse a tocar el órgano en ausencia de maese Pérez. Los fieles lo reconocen como un organista envidioso y empiezan a mostrar su disgusto. **Viñeta 13:** Un grito de sorpresa y alegría en el atrio: "¡Maese Pérez está aquí!... ¡Maese Pérez está aquí!" La multitud se vuelve hacia la puerta, expectante. **Viñeta 14:** Maese Pérez, pálido y desencajado, entrando en la iglesia en un sillón, llevado en hombros por los fieles. Su hija lo acompaña con preocupación. **Viñeta 15:** Maese Pérez sentado en el banquillo del órgano, con las manos crispadas sobre las teclas. El reloj de la catedral marca las doce. **Viñeta 16:** Una nube de incienso azulado llena la iglesia. Las campanillas repican. Las cien voces del órgano resuenan en un acorde majestuoso y prolongado, perdiéndose en el aire. **Viñeta 17:** El órgano emite una armonía atronadora, como la voz de los ángeles, seguida de mil himnos que se fusionan en una extraña melodía que flota sobre el océano de ecos. **Viñeta 18:** El órgano continúa sonando, las voces se simplifican hasta quedar una sola nota brillante como un hilo de luz. El sacerdote eleva la Hostia. Una explosión de armonía gigante estremece la iglesia. **Viñeta 19:** La multitud escucha atónita y suspendida, con lágrimas en los ojos. El sacerdote siente temblar sus manos, sintiendo la presencia divina. **Viñeta 20:** El órgano se apaga gradualmente, como un eco que se pierde. De repente, se oye un grito de mujer. El órgano exhala un sonido discorde y mudo. La multitud se agolpa hacia la tribuna. **Viñeta 21:** La multitud pregunta qué ha sucedido. El asistente, pálido, se dirige al arzobispo en la tribuna. "Maese Pérez acaba de morir." **Viñeta 22:** El pobre organista caído de boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibra sordamente. Su hija, arrodillada a sus pies, lo llama en vano entre suspiros y sollozos. **Viñeta 23:** Un año después. Doña Baltasara, la demandadera, habla con su vecina sobre la Misa del Gallo en Santa Inés. Se queja de la ausencia de maese Pérez y de la novedad, refiriéndose al nuevo organista. **Viñeta 24:** El nuevo organista, bisojo y con una vestimenta llamativa, entra en la iglesia con aires de importancia. La demandadera lo critica y comenta que la gente del barrio le prepara una "buena" al intruso. **Viñeta 25:** La ceremonia ha comenzado. El nuevo organista, con gravedad afectada y ridícula, toca los registros del órgano. Un rumor sordo y confuso entre la multitud presagia una tormenta. **Viñeta 26:** La multitud se prepara para hacer ruido con zampoñas, gaitas, sonajas y panderos, mientras el nuevo organista comienza a tocar. **Viñeta 27:** El sacerdote eleva la Hostia. Las campanillas repican. El órgano suena, pero una estruendosa algarabía del populacho ahoga el primer acorde. **Viñeta 28:** La algarabía cesa de repente. El segundo acorde del órgano, amplio, valiente y magnífico, brota de los tubos, como una cascada de armonía inagotable. **Viñeta 29:** El órgano llena la iglesia con cantos celestiales, himnos alados, y una música ignota que expresa la alegría del nacimiento del Salvador con una fuerza y misterio incomparables. **Viñeta 30:** El organista baja de la tribuna. La multitud se agolpa para verlo. El asistente, temiendo que lo ahoguen, ordena a sus ministriles que le abran camino hasta el altar mayor. **Viñeta 31:** El arzobispo le pregunta al organista si será tan cruel como maese Pérez y no tocará en la catedral el próximo año. El organista responde que no volverá a tocar ese órgano por todo el oro del mundo. **Viñeta 32:** El arzobispo y sus familiares se retiran. Las literas de los señores se pierden en las calles. La demandadera se dispone a cerrar las puertas del atrio, mientras dos mujeres, doña Baltasara y su vecina, murmuran y desaparecen en el callejón de las Dueñas. **Viñeta 33:** Un año más tarde. La abadesa del convento de Santa Inés y la hija de maese Pérez conversan en voz baja en el coro. El atrio está silencioso y desierto. **Viñeta 34:** La superiora le dice a la joven que su miedo es pueril y que nadie hay en el templo, toda Sevilla acude a la catedral. La insta a tocar el órgano sin desconfianza. **Viñeta 35:** La hija de maese Pérez, con temor, cuenta a la superiora que anoche, al venir a arreglar el órgano, vio a un hombre ciego tocándolo en la oscuridad, un hombre que resultó ser su padre. **Viñeta 36:** La superiora aconseja a la joven que deseche esas fantasías y le dice que su padre está en el cielo, y que bajará a inspirarla en la ceremonia. La manda a ocupar la tribuna del órgano. **Viñeta 37:** La hija de maese Pérez, con mano temblorosa, abre la puerta de la tribuna y se sienta en el banquillo del órgano. La Misa comienza. **Viñeta 38:** Durante la consagración, el órgano suena, y al mismo tiempo, la hija de maese Pérez lanza un grito. **Viñeta 39:** La superiora, las monjas y algunos fieles corren a la tribuna. La joven señala el banquillo con sus ojos desencajados. **Viñeta 40:** El órgano está solo, y, no obstante, sigue sonando, "como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo". **Viñeta 41:** Doña Baltasara comenta a su vecina, con una expresión de triunfo, "¡Aquí hay busilis!", refiriéndose al alma de maese Pérez.

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**Viñeta 1:** Una demandadera del convento de Santa Inés en Sevilla, contando una historia a un grupo de personas en el atrio, mientras esperan la Misa del Gallo. 
**Viñeta 2:** El interior de la iglesia de Santa Inés durante la Misa del Gallo. El órgano se ve, pero la expresión de decepción en el rostro de un oyente sugiere que la música no es lo esperado. 
**Viñeta 3:** El narrador se burla de la demandadera, "¿En qué consiste que el órgano de maese Pérez suena ahora tan mal?". La demandadera, con una expresión de sorpresa, responde: "¡Toma! En que este no es el suyo." 
**Viñeta 4:** Una imagen que muestra la entrada de personajes importantes a la iglesia: el marqués de Moscoso con capa roja y pluma blanca, bajando de su litera; el padre de la condesa de Villapineda, con una capa oscura, entrando por el arco de San Felipe, precedido de un criado con una linterna. 
**Viñeta 5:** Los "caballeros veinticuatro" y otros nobles de Sevilla formando un muro en la iglesia, vestidos con capas galoneadas de oro y espadas. El ambiente es tenso, con la plebe agitándose en el fondo. 
**Viñeta 6:** El arzobispo llega en su litera, rodeado de hachas encendidas y familiares, disolviendo las tensiones entre los nobles y los duques que estaban a punto de pelear. 
**Viñeta 7:** La demandadera, dentro de la iglesia, susurra a su vecina sobre maese Pérez, un anciano ciego con manos prodigiosas que ha rechazado grandes ofertas por tocar en la catedral, prefiriendo su viejo órgano. 
**Viñeta 8:** Maese Pérez, un anciano humilde y ciego, sentado al órgano con una expresión de serenidad. La demandadera lo describe como un "santo varón" y alaba su devoción por la Misa del Gallo. 
**Viñeta 9:** La iglesia llena de gente, incluyendo al arzobispo, escuchando con devoción. La demandadera explica cómo el populacho, que suele hacer ruido, calla como muerto cuando maese Pérez pone las manos en el órgano, y cómo todos lloran al escucharlo. 
**Viñeta 10:** La iglesia iluminada con una profusión asombrosa. Damas arrodilladas sobre cojines de terciopelo, caballeros de pie con espadas, y la multitud en el fondo. El arzobispo da la bendición. 
**Viñeta 11:** La multitud en la iglesia, inquieta, murmurando. Un familiar del arzobispo regresa de la sacristía con la noticia: "Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo, y será imposible que asista esta noche a la misa." 
**Viñeta 12:** Un hombre seco, huesudo y bisojo se adelanta para ofrecerse a tocar el órgano en ausencia de maese Pérez. Los fieles lo reconocen como un organista envidioso y empiezan a mostrar su disgusto. 
**Viñeta 13:** Un grito de sorpresa y alegría en el atrio: "¡Maese Pérez está aquí!... ¡Maese Pérez está aquí!" La multitud se vuelve hacia la puerta, expectante. 
**Viñeta 14:** Maese Pérez, pálido y desencajado, entrando en la iglesia en un sillón, llevado en hombros por los fieles. Su hija lo acompaña con preocupación. 
**Viñeta 15:** Maese Pérez sentado en el banquillo del órgano, con las manos crispadas sobre las teclas. El reloj de la catedral marca las doce. 
**Viñeta 16:** Una nube de incienso azulado llena la iglesia. Las campanillas repican. Las cien voces del órgano resuenan en un acorde majestuoso y prolongado, perdiéndose en el aire. 
**Viñeta 17:** El órgano emite una armonía atronadora, como la voz de los ángeles, seguida de mil himnos que se fusionan en una extraña melodía que flota sobre el océano de ecos. 
**Viñeta 18:** El órgano continúa sonando, las voces se simplifican hasta quedar una sola nota brillante como un hilo de luz. El sacerdote eleva la Hostia. Una explosión de armonía gigante estremece la iglesia. 
**Viñeta 19:** La multitud escucha atónita y suspendida, con lágrimas en los ojos. El sacerdote siente temblar sus manos, sintiendo la presencia divina. 
**Viñeta 20:** El órgano se apaga gradualmente, como un eco que se pierde. De repente, se oye un grito de mujer. El órgano exhala un sonido discorde y mudo. La multitud se agolpa hacia la tribuna. 
**Viñeta 21:** La multitud pregunta qué ha sucedido. El asistente, pálido, se dirige al arzobispo en la tribuna. "Maese Pérez acaba de morir." 
**Viñeta 22:** El pobre organista caído de boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibra sordamente. Su hija, arrodillada a sus pies, lo llama en vano entre suspiros y sollozos. 
**Viñeta 23:** Un año después. Doña Baltasara, la demandadera, habla con su vecina sobre la Misa del Gallo en Santa Inés. Se queja de la ausencia de maese Pérez y de la novedad, refiriéndose al nuevo organista. 
**Viñeta 24:** El nuevo organista, bisojo y con una vestimenta llamativa, entra en la iglesia con aires de importancia. La demandadera lo critica y comenta que la gente del barrio le prepara una "buena" al intruso. 
**Viñeta 25:** La ceremonia ha comenzado. El nuevo organista, con gravedad afectada y ridícula, toca los registros del órgano. Un rumor sordo y confuso entre la multitud presagia una tormenta. 
**Viñeta 26:** La multitud se prepara para hacer ruido con zampoñas, gaitas, sonajas y panderos, mientras el nuevo organista comienza a tocar. 
**Viñeta 27:** El sacerdote eleva la Hostia. Las campanillas repican. El órgano suena, pero una estruendosa algarabía del populacho ahoga el primer acorde. 
**Viñeta 28:** La algarabía cesa de repente. El segundo acorde del órgano, amplio, valiente y magnífico, brota de los tubos, como una cascada de armonía inagotable. 
**Viñeta 29:** El órgano llena la iglesia con cantos celestiales, himnos alados, y una música ignota que expresa la alegría del nacimiento del Salvador con una fuerza y misterio incomparables. 
**Viñeta 30:** El organista baja de la tribuna. La multitud se agolpa para verlo. El asistente, temiendo que lo ahoguen, ordena a sus ministriles que le abran camino hasta el altar mayor. 
**Viñeta 31:** El arzobispo le pregunta al organista si será tan cruel como maese Pérez y no tocará en la catedral el próximo año. El organista responde que no volverá a tocar ese órgano por todo el oro del mundo. 
**Viñeta 32:** El arzobispo y sus familiares se retiran. Las literas de los señores se pierden en las calles. La demandadera se dispone a cerrar las puertas del atrio, mientras dos mujeres, doña Baltasara y su vecina, murmuran y desaparecen en el callejón de las Dueñas. 
**Viñeta 33:** Un año más tarde. La abadesa del convento de Santa Inés y la hija de maese Pérez conversan en voz baja en el coro. El atrio está silencioso y desierto. 
**Viñeta 34:** La superiora le dice a la joven que su miedo es pueril y que nadie hay en el templo, toda Sevilla acude a la catedral. La insta a tocar el órgano sin desconfianza. 
**Viñeta 35:** La hija de maese Pérez, con temor, cuenta a la superiora que anoche, al venir a arreglar el órgano, vio a un hombre ciego tocándolo en la oscuridad, un hombre que resultó ser su padre. 
**Viñeta 36:** La superiora aconseja a la joven que deseche esas fantasías y le dice que su padre está en el cielo, y que bajará a inspirarla en la ceremonia. La manda a ocupar la tribuna del órgano. 
**Viñeta 37:** La hija de maese Pérez, con mano temblorosa, abre la puerta de la tribuna y se sienta en el banquillo del órgano. La Misa comienza. 
**Viñeta 38:** Durante la consagración, el órgano suena, y al mismo tiempo, la hija de maese Pérez lanza un grito. 
**Viñeta 39:** La superiora, las monjas y algunos fieles corren a la tribuna. La joven señala el banquillo con sus ojos desencajados. 
**Viñeta 40:** El órgano está solo, y, no obstante, sigue sonando, "como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo". 
**Viñeta 41:** Doña Baltasara comenta a su vecina, con una expresión de triunfo, "¡Aquí hay busilis!", refiriéndose al alma de maese Pérez.
—— Fim ——
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**Viñeta 1:** Una demandadera del convento de Santa Inés en Sevilla, contando una historia a un grupo de personas en el atrio, mientras esperan la Misa del Gallo. **Viñeta 2:** El interior de la iglesia de Santa Inés durante la Misa del Gallo. El órgano se ve, pero la expresión de decepción en el rostro de un oyente sugiere que la música no es lo esperado. **Viñeta 3:** El narrador se burla de la demandadera, "¿En qué consiste que el órgano de maese Pérez suena ahora tan mal?". La demandadera, con una expresión de sorpresa, responde: "¡Toma! En que este no es el suyo." **Viñeta 4:** Una imagen que muestra la entrada de personajes importantes a la iglesia: el marqués de Moscoso con capa roja y pluma blanca, bajando de su litera; el padre de la condesa de Villapineda, con una capa oscura, entrando por el arco de San Felipe, precedido de un criado con una linterna. **Viñeta 5:** Los "caballeros veinticuatro" y otros nobles de Sevilla formando un muro en la iglesia, vestidos con capas galoneadas de oro y espadas. El ambiente es tenso, con la plebe agitándose en el fondo. **Viñeta 6:** El arzobispo llega en su litera, rodeado de hachas encendidas y familiares, disolviendo las tensiones entre los nobles y los duques que estaban a punto de pelear. **Viñeta 7:** La demandadera, dentro de la iglesia, susurra a su vecina sobre maese Pérez, un anciano ciego con manos prodigiosas que ha rechazado grandes ofertas por tocar en la catedral, prefiriendo su viejo órgano. **Viñeta 8:** Maese Pérez, un anciano humilde y ciego, sentado al órgano con una expresión de serenidad. La demandadera lo describe como un "santo varón" y alaba su devoción por la Misa del Gallo. **Viñeta 9:** La iglesia llena de gente, incluyendo al arzobispo, escuchando con devoción. La demandadera explica cómo el populacho, que suele hacer ruido, calla como muerto cuando maese Pérez pone las manos en el órgano, y cómo todos lloran al escucharlo. **Viñeta 10:** La iglesia iluminada con una profusión asombrosa. Damas arrodilladas sobre cojines de terciopelo, caballeros de pie con espadas, y la multitud en el fondo. El arzobispo da la bendición. **Viñeta 11:** La multitud en la iglesia, inquieta, murmurando. Un familiar del arzobispo regresa de la sacristía con la noticia: "Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo, y será imposible que asista esta noche a la misa." **Viñeta 12:** Un hombre seco, huesudo y bisojo se adelanta para ofrecerse a tocar el órgano en ausencia de maese Pérez. Los fieles lo reconocen como un organista envidioso y empiezan a mostrar su disgusto. **Viñeta 13:** Un grito de sorpresa y alegría en el atrio: "¡Maese Pérez está aquí!... ¡Maese Pérez está aquí!" La multitud se vuelve hacia la puerta, expectante. **Viñeta 14:** Maese Pérez, pálido y desencajado, entrando en la iglesia en un sillón, llevado en hombros por los fieles. Su hija lo acompaña con preocupación. **Viñeta 15:** Maese Pérez sentado en el banquillo del órgano, con las manos crispadas sobre las teclas. El reloj de la catedral marca las doce. **Viñeta 16:** Una nube de incienso azulado llena la iglesia. Las campanillas repican. Las cien voces del órgano resuenan en un acorde majestuoso y prolongado, perdiéndose en el aire. **Viñeta 17:** El órgano emite una armonía atronadora, como la voz de los ángeles, seguida de mil himnos que se fusionan en una extraña melodía que flota sobre el océano de ecos. **Viñeta 18:** El órgano continúa sonando, las voces se simplifican hasta quedar una sola nota brillante como un hilo de luz. El sacerdote eleva la Hostia. Una explosión de armonía gigante estremece la iglesia. **Viñeta 19:** La multitud escucha atónita y suspendida, con lágrimas en los ojos. El sacerdote siente temblar sus manos, sintiendo la presencia divina. **Viñeta 20:** El órgano se apaga gradualmente, como un eco que se pierde. De repente, se oye un grito de mujer. El órgano exhala un sonido discorde y mudo. La multitud se agolpa hacia la tribuna. **Viñeta 21:** La multitud pregunta qué ha sucedido. El asistente, pálido, se dirige al arzobispo en la tribuna. "Maese Pérez acaba de morir." **Viñeta 22:** El pobre organista caído de boca sobre las teclas de su viejo instrumento, que aún vibra sordamente. Su hija, arrodillada a sus pies, lo llama en vano entre suspiros y sollozos. **Viñeta 23:** Un año después. Doña Baltasara, la demandadera, habla con su vecina sobre la Misa del Gallo en Santa Inés. Se queja de la ausencia de maese Pérez y de la novedad, refiriéndose al nuevo organista. **Viñeta 24:** El nuevo organista, bisojo y con una vestimenta llamativa, entra en la iglesia con aires de importancia. La demandadera lo critica y comenta que la gente del barrio le prepara una "buena" al intruso. **Viñeta 25:** La ceremonia ha comenzado. El nuevo organista, con gravedad afectada y ridícula, toca los registros del órgano. Un rumor sordo y confuso entre la multitud presagia una tormenta. **Viñeta 26:** La multitud se prepara para hacer ruido con zampoñas, gaitas, sonajas y panderos, mientras el nuevo organista comienza a tocar. **Viñeta 27:** El sacerdote eleva la Hostia. Las campanillas repican. El órgano suena, pero una estruendosa algarabía del populacho ahoga el primer acorde. **Viñeta 28:** La algarabía cesa de repente. El segundo acorde del órgano, amplio, valiente y magnífico, brota de los tubos, como una cascada de armonía inagotable. **Viñeta 29:** El órgano llena la iglesia con cantos celestiales, himnos alados, y una música ignota que expresa la alegría del nacimiento del Salvador con una fuerza y misterio incomparables. **Viñeta 30:** El organista baja de la tribuna. La multitud se agolpa para verlo. El asistente, temiendo que lo ahoguen, ordena a sus ministriles que le abran camino hasta el altar mayor. **Viñeta 31:** El arzobispo le pregunta al organista si será tan cruel como maese Pérez y no tocará en la catedral el próximo año. El organista responde que no volverá a tocar ese órgano por todo el oro del mundo. **Viñeta 32:** El arzobispo y sus familiares se retiran. Las literas de los señores se pierden en las calles. La demandadera se dispone a cerrar las puertas del atrio, mientras dos mujeres, doña Baltasara y su vecina, murmuran y desaparecen en el callejón de las Dueñas. **Viñeta 33:** Un año más tarde. La abadesa del convento de Santa Inés y la hija de maese Pérez conversan en voz baja en el coro. El atrio está silencioso y desierto. **Viñeta 34:** La superiora le dice a la joven que su miedo es pueril y que nadie hay en el templo, toda Sevilla acude a la catedral. La insta a tocar el órgano sin desconfianza. **Viñeta 35:** La hija de maese Pérez, con temor, cuenta a la superiora que anoche, al venir a arreglar el órgano, vio a un hombre ciego tocándolo en la oscuridad, un hombre que resultó ser su padre. **Viñeta 36:** La superiora aconseja a la joven que deseche esas fantasías y le dice que su padre está en el cielo, y que bajará a inspirarla en la ceremonia. La manda a ocupar la tribuna del órgano. **Viñeta 37:** La hija de maese Pérez, con mano temblorosa, abre la puerta de la tribuna y se sienta en el banquillo del órgano. La Misa comienza. **Viñeta 38:** Durante la consagración, el órgano suena, y al mismo tiempo, la hija de maese Pérez lanza un grito. **Viñeta 39:** La superiora, las monjas y algunos fieles corren a la tribuna. La joven señala el banquillo con sus ojos desencajados. **Viñeta 40:** El órgano está solo, y, no obstante, sigue sonando, "como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo". **Viñeta 41:** Doña Baltasara comenta a su vecina, con una expresión de triunfo, "¡Aquí hay busilis!", refiriéndose al alma de maese Pérez.

2 months ago

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